INGREDIENTES
Rodajas de pan
1kg de espinacas congeladas o frescas
2 dientes de ajo
2 cucharadas de aceite
1/2 taza de queso parmesano rallado
1/2 taza de caldo de verduras
Sal, pimienta a gusto
1 cucharada de semillas de sésamo (ajonjolí)
Salsa blanca liviana
1 taza de leche (250cc)
3 cucharadas de aceite
2 cucharadas al ras de harina
Sal, pimienta, nuez moscada
PREPARACIÓN
Lavar muy bien las hojas de espinaca.
Quitarles parte del tallo.
Escurrirlas bien.
Poner en una cacerola el aceite y los dientes de ajo.
Llevar al fuego y cuando los ajos desprenden su aroma sin que lleguen a tostarse, se retiran del aceite.
Se agrega las hojas de espinaca bien escurridas y se van revolviendo.
Rápidamente la espinaca toma un aspecto marchito.
Retirarlas, presionarlas un poco con un tenedor o cuchara para retirarles parte del jugo que contienen.
Agregarle las semillas de sésamo (ajonjolí).
Colocarlas en un recipiente y agregarle 1/2 taza de queso rallado.
Sal y pimienta a gusto.
Salsa blanca. Colocar el aceite en una cacerola chica.
Llevar al fuego y calentar un poco.
Agregar la harina mientras se va revolviendo hasta formar una crema.
Añadir de a poco la leche mientras se va revolviendo.
Una vez que levante hervor y espese, dejar 1 minuto más y retirar.
Condimentar con nuez moscada, sal, pimienta.
Mezclar la salsa con la espinaca y reservar.
Utilizar rodajas de pan.
Tostarlas un poco y pasarle un diente de ajo para aromatizarlas.
Untar generosamente con la crema de espinaca.
Espolvorearlas con un poco de queso rallado.
Servir acompañadas con una ensalada fresca.