Aprendamos a disfrutar del aroma fresco de las hierbas en nuestra propia casa por más pequeña que esta sea.
No nos privemos del deleite y disfrute que cada mañana o a cada momento del día podamos tener, al sentir el aroma de una hierba o de varias hierbas o de aquella cuyo aroma es tan a fin al nuestro que logra seducirnos.
Un pequeño jardín, una terraza o hasta la saliente de una ventana pueden ser lugares ideales para cultivar en una maceta aquellas hierbas, que cuando las compramos nos embriagan con su aroma y nos transportan a lugares desconocidos, a veces añorados por lo que hemos leído otras por lo que nos han contado.
Si nuestra ventana es demasiado pequeña para sostener una maceta no nos sintamos vencidos, plantemos en un canasto de mimbre y colguemos éste, debajo de un alero. También podremos utilizar, si el espacio lo permite una jardinera y así podremos experimentar con varias hierbas.
¿Se imaginan lo bonito que puede resultar la mezcla de colores y de aromas que dan las distintas flores?
¿O la variedad de las formas de las hojas y los diferentes tonos de verde?
¿O el efecto que podremos lograr con las distintas alturas de las plantas?
No imaginemos más, pongamos en práctica nuestro sueño……..
Juguemos a incorporarnos a este mundo y gocemos así del aroma y del verde sin que por ello nos quite tiempo ni nos signifique mucho trabajo.
Qué necesitamos para plantar aromáticas en casa
- Buena luz, pero no directa.
- Maceta o jardinera de barro o greda con buen drenaje
- Tierra común de jardín, mezclada con un poco de arena
No necesitan mucha agua. En invierno conviene regarlas muy poco y durante las mañanas para favorecer la evaporación de la humedad.
En verano conviene rociar con agua las hojas, para mantenerlas contentas.
El tenerlas en macetas nos permite cuidarlas más y mejor. Cuando vemos que van tomando un aspecto feo, las podamos y despuntamos los brotes que crecen demasiado.
Y así casi sin darnos cuenta le vamos dando a la planta una forma armónica de acuerdo a nuestro gusto.
En verano lo ideal es ubicarlas hacia el Sur y de no ser esto posible ubicarlas hacia el Oeste o el Este, pero nunca hacia el Norte porque la fuerza del sol podría quemarlas.
La temperatura que requieren es media, ni muy alta ni muy baja y protegerlas de las corrientes.
¿Cuáles son las hierbas que podemos plantar y cultivar en casa?
Muchas, muchísimas. Comenzaremos por las más fáciles de conseguir y menos complicadas de cultivar.
La albahaca
Es originaria de la India. Según dicen, ALejandro Magno la trajo de allí. Su nombre proviene del griego basilikon y significa real. Fácil de conseguir por almácigo y de sabor y perfume muy intenso.
En verano debemos ponerla en un lugar donde no le de mucho el sol directo, porque sufre las temperaturas altas.
Debemos cuidar que este siempre húmeda pero no sumergida en agua.
Las florcitas se podan a medida que comienzan a formarse y la planta va adquiriendo así, más fuerza y un aspecto más de arbusto, sus tallos, se llenan de hojas que nos embriagan con su aroma tan seductor.
Es tan noble que nos permite utilizarla hasta el fin de su ciclo, ya que sus hojas también pueden ser secadas.
Si cortamos las ramitas después del segundo par de hojas, las atamos y las ponemos colgadas mirando hacia abajo en un lugar fresco y seco, podremos aprovechar sus hojas una vez secas guardándolas en frascos.
Sirve para saborizar pizzas, ensaladas, tomates, sopas, carnes, pescados, pastas…
Su uso será infinito de acuerdo a nuestro gusto.
Pero, hay algo que en particular, que caracteriza a la albahaca y no lo podemos dejar de mencionar, y son sus propiedades.
Es estimulante de la digestión, es diurética ayudando a eliminar la retención de líquido.
Es eficaz en las indigestiones de origen nervioso, gases y parásitos intestinales.
Tomando una infusión calma los nervios y muy buena para aumentar la secreción de leche en las madres.
Tomando 4 tazas de te de infusión de albahaca al día.
También es bueno tener esta información que puede ser abortiva para las embarazadas, no su condimento.
Con la albahaca se prepara el pesto. Utilizado por los italianos como ingrediente fundamental. Nace en el norte de Italia y más tarde es adoptada por la cocina universal.
Orégano
Otra hierba que no podemos dejar de mencionar es el orégano, de fácil cultivo y de uso cotidiano en nuestra cocina.
Es originaria del sur del Mediterráneo y su nombre fue puesto por los griegos en forma muy acertada, ya que significa «Alegría de las montañas». Se logra su cultivo por semillas, o por división de plantas.
Se planta en macetas o jardineras con tierra común y con buen drenaje. Les gusta y disfrutan mucho del sol. Sus hojas son pequeñas con un aroma intenso y dulzón, se utilizan tanto frescas como secas.
Conviene podarlas dos veces durante el verano y las ramas se secan colgadas, con las hojas mirando hacia abajo, en un lugar fresco, seco y con poca luz.
Un secreto, para que la planta no pierda nunca su aroma cada dos años debemos de sacar la raíz con el pan de tierra y dividirla para luego volver a plantarlas en macetas.
Tomillo
El tomillo es originario de Francia, España y del norte de Africa.
Hay muchas variedades pero la más común es la de hojas pequeñas que todos conocemos. Se cultiva muy bien en macetas, no requiere de cuidados especiales y la dejamos expuesta al sol hasta el comienzo del calor.
Es una planta perenne y se logra su cultivo por semillas o por división de plantas con su raíz durante la primavera. Se utilizan sus hojas que una vez secas se guardan en frascos herméticos.