Hemos decidido incorporar este artículo a pedido de muchos ante las dudas e inquietudes que surgen con respeto a este tema.
¿Cuál es la alimentación correcta, adecuada, completa, que cubra las necesidades básicas del organismo en las distintas etapas de la vida?
Las inquietudes mayores provienen en general de señoras embarazadas o bien pensando en estarlo. Son frecuentes los temores y las dudas.
Y el interés y la responsabilidad que manifiestan a través de sus consultas.
Las mismas están basadas en su gran mayoría en saber si los alimentos que ingresan a diario a su organismo son los correctos para la buena formación del feto que está en su vientre.
Pero primero es bueno aclarar que nuestra función es solo informar, no aconsejar, ni determinar lo que se tiene que hacer. Ni que nuestro comentario sea la verdad absoluta para todos.
Además y considerando que cada persona es única, no existe una posición genérica para todos. La información que les brindamos es como siempre de fuentes serias pero lo correcto es que cada uno consulte con su profesional de confianza para que él determine lo que es mejor, en forma personalizada.
Damos a continuación una orientación, que nos brinda la opción de poder tomar conciencia, de cuán importante es educarnos para poder tener una buena alimentación sin sufrir carencias de vitaminas y minerales.
Se dice que un vegetariano al no comer carne o los derivados de alimentos que provienen de un animal puede sufrir desvalances en su alimentación que podrían ocasionarle problemas de salud en las distintas etapas que cada ser pasa a lo largo de la vida. Crecimiento, adolescencia, embarazo, menopausia, adultez .
Ser vegetariano no es alimentarse solo de vegetales y alimentos basados en harinas que nos dan un alto aporte de carbohidratos.
Ser vegetariano es adoptar una conducta de vida que si bien pasa por la alimentación también pretende conducir a poder lograr una mejor calidad de vida en general.
Sintiéndonos bien con nosotros mismos, con nuestro interior. Y que los cambios alimentarios no sean un esfuerzo demasiado grande y que terminen en fracaso.
Nuevamente insistimos, ser vegetariano no significa solamente dejar de comer aquellos alimentos que por convencimiento resolvimos no ingerir. Es también saber, cuáles son los aportes correctos para nuestro organismo y lograr así un cierto equilibrio con los distintos alimentos aceptados en esta situación.
Es obligación nuestra asesorarnos, ya que es nuestra vida la que está en juego.
A modo de ejemplo, una de las carencias más comunes de quienes llevan una dieta estrictamente vegetariana y a su vez no balanceada, es la de tener bajos aportes de proteínas, vitaminas D y B12 y de minerales como hierro, zinc, calcio.
Para entender cuán importante es la carencia de estos elementos, primero debemos saber en que consisten. Comencemos por las proteínas.
La proteína es un cuerpo gelatinoso, resultado de la acción de la potasa sobre los albuminoides. Sus moléculas contienen carbono, hidrógeno, oxigeno y nitrógeno. Que son todos elementos importantísimos para la formación y reparación de todos nuestros tejidos.
Debemos saber también, que en base a la proteína se forman las enzimas, las hormonas y los anticuerpos para que nuestro organismo se pueda defender de las infecciones que lo puedan aquejar en su vida.
Esta es puntualmente su función.
Ahora debemos saber que consecuencia trae a nuestro cuerpo la falta o el poco aporte de ella.
En los casos que esto sucede se puede producir en líneas generales cansancio, dificultad para concentrarse, sensación de debilidad y una marcada tendencia a las infecciones.
En el caso específico de la mujer embarazada cuando recibe un aporte pobre o insuficiente de proteínas, se produce un enlentecimiento en el crecimiento del feto.
Esto mismo sucede en los niños cuando carecen de ella.
¿Cómo se puede prevenir?
Primero, tomando conciencia que es resposibilidad nuestra cuidar de nuestro cuerpo. Debemos, por lo tanto, saber que alimentos son necesarios en nuestra dieta para preveer estas carencias.
En este caso contamos con muchos alimentos de origen vegetal a los que fácilmente podemos acceder y consumirlos en forma abundante.
Son ellos las arvejas, soja, semillas de sésamo, semillas de girasol, nueces, almendras, todos los porotos, maníes. Y para quienes son ovolactovegetarianos, la leche y todos sus derivados como ricotta, queso, manteca y además huevo.
Continuemos con el calcio. Cumple una función de privilegio en nuestro organismo, ya que interviene nada menos que en la formación de toda nuestra parte ósea además de los dientes y también se ocupa del mantenimiento de nuestro tono muscular, de la coagulación de la sangre y del funcionamiento de los centros nerviosos.
Cuando el calcio que el organismo absorbe a través de la alimentación no es suficiente, inteligentemente busca donde se encuentra almacenado y lo retira.
En este caso serían los huesos y los dientes. Con esto lo que hace es debilitarlos. En estos casos sus consecuencias pueden ser dientes débiles o dañados y facilidad para las fracturas.
Una de las enfermedades más comunes y conocidas es la llamada osteoporosis, que la produce la carencia de calcio en los huesos.
Alimentos que debemos de tener en cuenta para no caer en estos problemas. Lentejas, semillas de girasol, semillas de sésamo (ajojonlí) arvejas, porotos negros, tofu, pasas de higos y para quienes los consumen, leche y sus derivados además de huevo.
Con dos porciones diarias de alimentos que contengan calcio es suficiente en una persona adulta. En los casos de embarazos y lactancia esta ingesta se debe hacer más frecuente aumentando hasta seis porciones diarias.
En los niños y en la adolescencia también se deben hacer con más frecuencia, debiendo llegar hasta cuatro porciones diaria.
Se entiende que en las etapas anteriormente mencionadas la necesidad de calcio es más abundante por las situaciones particulares de las mismas.
Ahora nos referiremos a este conocido mineral llamado hierro. Es sabido que la falta de él produce anemia ya que interviene en la formación de los tejidos y también es el encargado de transportar oxígeno en la sangre.
Su carencia produce fatiga, palidez en el rostro y síntomas de debilidad.
Refiriéndonos a una alimentación vegetariana, lo encontramos en las lentejas, en las arvejas, ciruelas y semillas de sésamo y en los vegetales, particularmente los de hojas verdes como espinaca, acelga, todas las especies de lechugas, radicheta etc.
En la fijación o absorción del hierro ayuda la vitamina C, siendo por lo tanto conveniente, acompañar estos alimentos ricos en hierro, con algún alimento rico en vitamina C.
Estos pueden ser cítricos (limón, naranja, mandarina etc), o morrón, ají, perejil, tomate, kiwi etc.
Así como también evitar el consumo de té junto con estos alimentos, ya que la absorción del hierro se disminuye.
Nos referiremos a la Vitamina B12. Es muy importante esta vitamina ya que interviene en el funcionamiento del sistema nervioso, en el crecimiento y en la formación de glóbulos rojos, como también en el funcionamiento del aparato digestivo.
La carencia de ella puede producir trastornos nerviosos, anemia y también enlentecimiento o detención del crecimiento en el embarazo y en niños.
Para evitar que esto ocurra, los ovolactovegetarianos lo evitan fácilmente consumiendo leche y huevo y los que son vegetarianos la encuentran en la leche de soja y en sus derivados como el tofu o en levaduras preparadas con aportes importantes de vitamina B12 o con vitaminas específicas, previa consulta médica.
Continuamos con la Vitamina D. Esta vitamina es la que nos ayuda a absorber el Calcio además de ser necesaria en varias funciones metabólicas.
La carencia de ella, puede ocasionar trastornos en los huesos, dientes, piel, produciendo en estos casos problemas en el crecimiento de los huesos, como raquitismo en los niños y en los adultos, enfermedades específicas en los huesos ya formados, atacándolos en forma extrema, reblandeciéndolos por pérdida de sales cálcarea.
Una forma de prevenir esta carencia es tomar algo de sol todos los días (en aquellos horarios recomendados) sin protector solar, (solo un rato), dado que nuestro cuerpo puede producir la vitamina D a través de la piel expuesta a los rayos de sol.
El zinc también es importante ya que interviene en el crecimiento de los tejidos así como actúa en la recuperación de ellos cuando están dañados.
Para los vegetarianos se encuentra en las nueces, las lentejas, maní, tofu, porotos y en aquellos cereales de grano entero.
El omega 3. Es un tipo de grasa imprescindible para la formación de varios tejidos y cuando ésta no está o hay carencia de ella, se produce un aumento de riesgo en enfermedades cardíacas, en trastornos de la coagulación y nerviosos.
En una dieta vegetariana la encontramos en el tofu, germen de trigo, almendras, nueces, paltas, semillas de girasol, aceite de oliva o soja etc.
Con esto intentamos comunicar, que en toda alimentación correcta se debe llevar un cierto equilibrio con las distintas nutrientes que ingresamos a nuestro organismo a diario.
La práctica de la misma es la que nos llevará a un hábito muy necesario para todos pero en este caso para quienes seguimos una dieta vegetariana.
Lograr un cierto balance entre proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales no es imposible una vez que sepamos cuan importante es cada uno de ellos en las distintas funciones que cumplen en nuestro organismo.
Una vez que tomemos conciencia, comenzaremos de a poco una disciplina de lo que es cuidar nuestro templo, que es el protector de todo lo nuestro y el resultado está directamente ligado a lo que hagamos con él.
En este caso con la alimentación.