Para ti que estás buscando lo mejor para tu salud, entérate qué verduras colaboran en la prevención del cáncer.
Hoy día sabemos y está aceptado y comprobado científicamente como influyen los alimentos en mejorar nuestra calidad de vida. También sabemos, como influye directamente la calidad de nuestra alimentación en la prevención de cáncer.
Las estadísticas nos dicen que un 35% de todos los cánceres provienen de una mala dieta.
Si tomamos conciencia de esto no vendría mal, recordar aquellas verduras cuyo consumo nos está ayudando a su prevención.
Quienes sólo consumimos vegetales contamos con algo importante a nuestro favor, evitar preocuparnos de los alimentos de origen animal, de los excesos de grasas y de otras desventajas que su consumo nos puede ocasionar.
Aprovechando la ventaja de nuestro estilo de vida, comenzaremos sabiendo o aprendiendo o recordando, que una buena alimentación funciona especialmente estimulando el sistema inmunológico y luchando contra los radicales libres.
Si tomamos en cuenta que la mayoría de los cánceres son causados por una alteración de la membrana de las células o dicho de otra manera del material genético (ADN, ARN) sabremos que por consecuencia esto va a provocar una mutación celular en el organismo.
Porque cuando la membrana se ve alterada el funcionamiento del sistema se ve alterado y puede por lo tanto ocasionar una alteración en la proliferación de las células.
Dato no menor es que los radicales libres desempeñan un papel muy importante en todo lo referente a la alteración de la célula.
La generación de radicales libres en el organismo sería justamente uno de los mecanismos de acción de los agentes llamados cancerígenos.
¿Qué nos puede ayudar a que esto no suceda?
Justamente lo que decíamos anteriormente colaborar con una buena alimentación para estimular a nuestro sistema inmunológico a luchar contra los radicales libres.
¿Y cuáles son estos alimentos?
Son aquellos que al poseer esta facultad actúan como antioxidantes naturales.
Hay varios y comenzaremos con las crucíferas.
¿Qué verduras se identifican dentro de esta clasificación?
El repollo, el brócoli, la coliflor y los repollitos de Bruselas que son por sus características las que poseen todos los nutrientes que pueden contrarrestar los efectos de los radicales libres y por lo tanto los agentes cancerígenos en las células.
Hay un sector de antioxidantes que son sintetizados por las propias células, pero a su vez existen otros tan efectivos como los anteriores que no pueden ser sintetizados por el propio organismo y que deben ingresar a él a través de la cadena alimentaria.
Esos antioxidantes son las vitaminas E y C y el betacaroteno que el organismo transforma en vitamina A.
Éstas, junto con los minerales como el selenio y el zinc, son las armas que tienen las células para poder combatir a los radicales libres.
Lo bueno es que todas ellas están presentes y en gran cantidad en todos los vegetales anteriormente mencionados.
Además, todos y en especial el brócoli son muy ricos en fitoquímicos.
Éstas sustancias tienen una acción bastante directa en los procesos de desarrollo de nuevos tejidos celulares. Tienen una sustancia química llamada sulfarafán que ofrece una protección muy efectiva contra los tumores malignos eliminando a los agentes cancerígenos de las células.
Otro elemento que se ha demostrado es que tienen un principio que es capaz de inactivar a los estrógenos y hormonas que en exceso pueden provocar algunos cánceres, sobre todo ciertos tumores mamarios.
Cada una de estas verduras anteriormente mencionadas nos pueden aportar beneficios.
La coliflor es antioxidante, antiácida, antiinflamatoria y anticancerígena.
No es aconsejable que las ingieran las mujeres que están amamantando por el sabor fuerte que le da a la leche.
No se aconseja a personas con trastornos gastrointestinales o renales, ni a personas con dietas bajas en potasio.
Repollo. Es rico en vitaminas, fósforo y hierro.
El jugo del repollo crudo es eficaz en muchos casos en úlceras de estómago.
Debido a estos resultados, algunos gastroenterólogos se dedicaron a profundizar en su estudio descubriendo así la vitamina U.
La función de esta vitamina es la de proteger las mucosas gastrointestinales ayudando a cicatrizar las úlceras y a actuar directamente sobre la acidez.
Esta vitamina actúa en combinación con la vitamina K, siendo ésta antihemorrágica lo interesante es que ambas están presente en el repollo.
En casos de acidez, gastritis o úlcera se utiliza el jugo de repollo crudo combinado con jugo de manzana y limón o con zanahorias.
Las hojas del repollo se utilizan desde la antiguedad para curar lesiones de la piel.
Las aplicaciones terapeúticas a nivel externo son muchas y abarcan una cantidad de patologías, como abscesos, forúnculos, acné, dolores de cabeza, estómago y reumáticos, ciática, edemas, picaduras de insectos, quemaduras de piel y várices.
La forma de aplicarlo es por medio de cataplasmas con hojas sanas de repollo muy bien lavadas.
También es útil a nivel de la piel del rostro tonificándolo con jugo de repollo fresco o aplicando una máscara sobre la piel limpia.
Esto revitalizará los tejidos absorbiendo las impurezas, reactivando la circulación y regenerando las células.
Repollitos de bruselas.
Es un nivelador del sistema nervioso.
Alivia dolores gástricos e intestinales.
Ayuda a eliminar los parásitos intestinales.
Purifica el organismo.
Alivia los dolores reumáticos.
Las crucíferas en general y el brócoli en particular son muy ricos en fitoquímicos, sustancias que tiene una acción bastante directa en los procesos de desarrollo de nuevos tejidos celulares.
Contienen sulforafano un elemento que elimina a los agentes cancerígenos de las células, PETIC, responsable de impedir que esos mismos agentes se unan al ADN, e Indol 3 Carbinol, un compuesto capaz de inactivar a los estrógenos, hormonas que en exceso promueven el desarrollo de ciertos tumores mamarios.
El brócoli es indicado para problemas de hipertensión, colesterol elevado, estreñimiento. Es laxante y diurético.
Es antiinflamatorio, antioxidante, anticancerígeno
No se aconseja a aquellas personas que sufren de úlcera de estómago, gastritis o problemas intestinales, por la fermentación que provoca.
El modo de comer el brócoli, la coliflor, el repollito de Bruselas es con muy poca cocción y el repollo blanco o colorado, crudo.
Quienes se han dedicado a estudiarlas en profundidad aconsejan consumirlas tres veces por semana.
El repollo se digiere mejor crudo que cocido, debido a la presencia de azufre en su composición que durante la cocción sufre modificaciones.
El repollo purifica y fortifica al organismo.
Retarda el envejecimiento, favorece la oxigenación, corta el camino de las bacterias.
Elimina los parásitos intestinales, regulariza el estómago, el hígado y los intestinos.
Equilibra el sistema nervioso y calma dolores gástricos e intestinales.
Alivia los dolores reumáticos y favorece la regenaración de la células.
La fama del mal olor que emanan de ellos durante la cocción es debido a que son sometidos en general a una sobre cocción que se puede evitar. Al ser cocidos en exceso eliminan ácidos azufrados que contienen, produciéndose ese mal olor.
Esto se evita cocinándolos al vapor o con muy poca cantidad de agua y pocos minutos.
Luego pasarlos por agua helada para evitar que continúen cocinándose.