Alimentar a nuestro bebé de la forma más correcta posible no es un tema menor.
Tampoco es menor nuestra preocupación como padres, de procurar hacerlo de la mejor forma posible y con los alimentos que el profesional tratante estime sea correcto.
En este caso, los vegetales y las frutas son de gran ayuda a la hora de comenzar a incorporar alimentos nuevos en su vida.
Y estos alimentos específicos, nos ayudan y mucho en sus primeras ingestas. El poder transformarlos en puré, en esta nueva etapa de alimentación es importante ya que no solo podemos lograr un puré sino también darle a éste la consistencia aceptada por el bebe.
En sus comienzos, éstos deben ser suaves y formado por uno o como máximo dos ingredientes.
Y si agregamos a esto, el aporte de sabores y de colores variados y de nutrientes, que es el punto fundamental en una correcta alimentación, debemos sentirnos sumamente agradecidos a nuestros frutos y vegetales.
Es bueno para ellos y para nosotros como padres, darles a probar un alimento por vez ya eso nos facilita la respuesta del bebe ante dicho alimento.
Generalmente la primera reacción es de rechazo. Ese alimento que la mamá introduce en su boca por vez primera, con amor, entusiasmo, ansiedad y expectativa, decae inmediatamente ya que en la mayoría de los casos a este pequeño ser, le parece inaceptable y así lo demuestra sin ningún tipo de cohibición y sin lástima de nadie.
Y es así, que una vez introducido en su boca, el bebe actúa en forma inmediata y espontánea y marcando bien el terreno de sus gustos, lo expulsa fuera de su boca con cara de asco y de pocos amigos.
Su cara refleja enojo, disgusto y su carácter sale a luz en esta nueva etapa de su vida poniendo a prueba la paciencia de los padres.
El hecho que el bebé no acepte sus primeros alimentos no significa que no le guste definitivamente o que le caiga mal o que quiera demostrar un capricho.
Con estas primeras reacciones no se puede determinar nada de eso todavía.
Simplemente hay que continuar en esa tarea de ir probando con uno y otro alimento y comprobar cuál es, el de su gusto.
Y luego intentar integrarlo de a poco mezclándolo con aquellos que acepta mejor.
También es bueno esperar unos días a que el niño olvide ese sabor para luego volver a intentar con el mismo alimento rechazado, pero de la forma anteriormente explicada.
Es una tarea lenta y paciente donde los padres juegan un rol importante como conductores de esa constancia, de probar una y otra vez identificar los gustos de su bebé.
Es una tarea ardua y a veces agotadora, pero las fuerzas vuelven cuando pensamos que el alimento es la base para formar sólidos cimientos y lograr un buen desarrollo tanto físico como mental en él.
Y más fuerza nos dará si pensamos que de acuerdo a la riqueza de los correctos aportes alimenticios, nuestro hijo gozará de un desarrollo pleno en todas sus funciones una vez adulto. Y si esos aportes no se dan en el momento justo nunca más se podrá recuperar lo que no se recibió en un principio.
Los alimentos deben ser cuidadosamente elegidos procurando que sean lo más frescos y nutritivos posible.
Las frutas deben estar bien lavadas, sin golpes, sin picaduras de insectos y no demasiado maduras.
La incorporación de alimentos deberá ser en forma progresiva y de gran variedad ( dentro de los permitidos ).
No se debe ir incorporando otros alimentos que aún el pediatra no ha autorizado ya que el organismo del bebe aún no está preparado para recibirlos. Conviene en todo momento no adelantarnos a las indicaciones que luego pueden resultar nocivas para el pequeño.
También es importante para estimular la ingesta de ciertos alimentos, modificar algo su sabor combinándolos con otros más aceptados por el bebé.
Una manera sugerida de dárselo es ofreciéndole una cantidad bien pequeña en la punta de nuestro dedo ( bien limpio por supuesto ) para que el bebé succione.
Algunos alimentos sugeridos para empezar ( previa consulta con el pediatra ) manzana, zapallito, zanahoria, calabaza, boniatos, ( camote, batata ).
Las vitaminas más importantes que deben ser incorporadas diariamente a través de los alimentos son:
Vitamina A, que actúa en la parte inmunológica, en la vista y en el crecimiento.
En los vegetales, se encuentran en la zanahoria, la espinaca, la banana y calabaza.
En los huevos y en todos los productos lácteos enteros ( no descremados ).
Vitamina D, es la encargada de regular el paso de calcio en los huesos. Contribuye al mantenimiento de niveles normales de calcio y fósforo en el torrente sanguíneo.
Es una vitamina que se incorpora en forma natural a través de los alimentos ovoláctovegetariano como la yema de huevo y las leches enriquecidas y su metabolización y aprovechamiento se realizan a través de los rayos ultravioletas de la luz solar siendo los responsables de la producción de esta forma de vitamina.
Vitamina C, ácido ascórbico es el nombre científico de esta vitamina. Ayuda al desarrollo de encías, dientes y huesos y a la absorción de hierro entre otras cosas. Es una vitamina esencial para el desarrollo y mantención del organismo.
Se encuentra en los vegetales frescos y frutas y en los jugos de los cítricos.
Y para finalizar, recordar que la constancia que pongamos en esta labor será el fruto que se cosechará para la vida de ese ser, que a través nuestro está hoy junto a nosotros.