Entre los cereales que lo compone puede haber avena, trigo, centeno, cebada, maíz o arroz, bien en copos o inflados, integrales o refinados. En la selección de frutas se pueden encontrar manzana, pera, plátano, pasas, dátil, ciruela, mango, higo, melocotón, fresa, piña, coco… y, entre los frutos secos y semillas, nueces, avellanas, almendras, cacahuetes, girasol, lino o sésamo.
Porciones: 1
INGREDIENTES
1 cucharada de copos de avena
3 cucharadas de agua (para el remojo)
1 cucharada de limón
1 cucharada de puré de almendras, de nueces o de sésamo
1 cucharada de miel
3 cucharadas de agua
200 gramos de manzanas
1 cucharada de nueces o almendras troceadas.
PREPARACIÓN
Poner en remojo los copos de avena 12 horas ( si se usan los copos llamados rápidos se suprime el remojo, aunque la cantidad de agua será la misma)
Añadir a los copos, el limón, el agua, el puré de almendras, de nueces o de sésamo y la miel.
Revolver bien hasta obtener una mezcla homogénea, más densa que una sopa pero menos que un puré.
Lavar las manzanas y secarlas bien con un paño limpio; quitar el tronquito, pero usar la manzana en su totalidad, con la piel y las pepitas ( de ahí la obligación de utilizar fruta no tratada).
Rallar las manzanas directamente en la mezcla y con un rallador grueso, para que no queden reducidas a papilla. Revolver a menudo para evitar que se oscurezcan.
Espolvorear con las almendras en el instante de servir