Quedan muy ricas y las pueden comer aún aquellas personas que dicen no gustarles el puerro o el repollo ya que no se darán cuenta. Esta opinión vale ya que está basada en nuestra experiencia personal tanto de personas grandes como niños a partir de 5 años. Además el puerro es altamente diurético y el repollo pertenece a las crucíferas que ayudan a combatir aquellas células cancerosas que intentan invadir nuestro organismo.
Porciones: 6
INGREDIENTES
6 puerros medianos
2 hojas de laurel
1 ramita de orégano
1 ramita de estragón
hojitas de romero
1/4 de repollo blanco (col)
100 gramos de queso rallado
1 taza de miga de pan remojada en leche
3 cucharadas coposas de fécula (maizena, chuño)
2 cucharadas de perejil y ajo picado
2 huevos
sal, pimienta
Salsa blanca
100 gramos de manteca
1 y 1/2 taza de harina
1 y 1/2 de leche
sal, pimienta, nuez moscada
PREPARACION
Utilizar la parte blanca de los puerros más tres centímetros de la parte verde.
Lavarlos muy bien para que no queden restos de tierra y cortarlos en rodajas algo gruesas.
Poner agua en una cacerola, llevar al fuego y cuando suelta el hervor agregarle las hojas de laurel, el orégano, el estragón, el romero y los puerros en rodajas.
Dejar cocinar durante 10 minutos e incorporarle el repollo cortado en juliana.
Cocinar 10 minutos más, retirar, colar, retirar las hierbas y dejar escurrir.
Poner en un bol los puerros y el repollo cocido.
Agregarle los huevos, la fécula, el ajo y perejil picado, la miga de pan bien exprimida y el queso rallado.
Condimentar a gusto y procesar todo junto.
Aparte preparar la salsa. Poner la manteca en una cacerola y llevar al fuego hasta que la manteca esté derretida.
Incorporar de a poco la harina, revolviendo siempre y luego de a poco la leche, mezclando continuamente hasta que levante el hervor y espese.
Agregar los condimentos necesarios.
Verter la salsa en la preparación anterior mezclando todo.
Dejar enfriar bien y luego cocinar.
Poner abundante aceite en una cacerola chica y llevar al fuego a calentar. Una vez caliente el aceite pero no hirviendo, ir volcando con ayuda de una cuchara la masa de las croquetas del tamaño deseado.
Si es para picadillo deben ser bien pequeñas, si es como plato principal de una cena o almuerzo se deberan hacer más grandes.
Se dejan cocinar lentamente haciéndolas girar y retirándolas apenas estén doradas. Apoyarlas sobre papel absorbente.
Se sirven calientes bañadas con una salsa de tomate liviana y acompañadas con una ensalada fresca.